El sábado pasado estuve de visita en una clínica psiquiátrica. Fui al comedor a pedirme un té y escuché una charla que dos personas tenían con un interno. Le recordaban su vida anterior. Le decían: “Te recibiste, jugabas muy bien al fútbol. Estuviste en la federación de tal cosa. El año pasado saliste primero en tal cosa, ganaste la copa de torneo nacional”. Y así le iban recordando eventos importantes de la vida al muchacho. El les contestó: “si, si, me acuerdo de todo! Lo que no me acuerdo es ‘para qué‘”.
Glup, dos de azúcar por favor. Gracias.
Schopenhauer no llegó a conclusiones muy alentadoras cuando quiso responder esa pregunta…
Adam Smith en su “Teoría de los sentimientos morales” (Edimburgo 1859) empezaba un razonamiento con la misma pregunta: “¿Para qué sirven todos los esfuerzos y afanes de este mundo? ¿Cuál es el fin de la avaricia y la ambición, de la búsqueda de la riqueza, del poder y de la preeminencia? ¿Es acaso satisfacer las necesidades de la naturaleza? El salario del trabajador más miserable puede colmarlas. Entonces, ¿Cuáles son las ventajas de esa gran empresa de la vida humana que denominamos mejora de nuestra situación'”
¿Para qué vine aquí? ¿Para qué posteaste esto?
Caminante no hay camino…
igual al cuentito de Gibrán. Pobre muchacho..seguro su estadía ahí se deba a la presión que debe haber recibido por tantos triunfos. sitos.
Chan…. ahora me empiezo a preguntar los para que =)
mal padre silen mallllll
la respuesta a ese “para que” está en el lugar donde terminó… ;)
bien profundo…. Estamos preparados para contestar un por qué pero nunca un para qué.
Una vez en una clínica un hombre me paró, yo iba saliendo..terminaba el horario de visita.. y me miró inquietante y dijo: “para vos, ¿la felicidad está afuera?”
uuuuuu….para que le han echo acordar????….el pibe estaba mejor tranquilito en la clinica…me parece…..