Despues de años de dedicarse al desarrollo web, a pedido de un discípulo, el Maestro tomó el notepad y en 15 minutos armó un sitio.
En el breve código aplicó todo lo aprendido. Y el Maestro vió que era su mejor obra. Y se sentó a morir.
El discípulo se le acercó y le dijo en voz baja: – Maestro, el postre – .
– Ah, cierto – Dijo, y se levantó y se fue al comedor.
Este monasterio tiene el mejor flan casero, pensaba.
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La historia de www.texpreso.com
Hace unos años, yo ya pensaba en un sitio de solo texto, sin gráfica, pero agradable de leer. Algo cuyo diseño diga: Lo que importa son los contenidos. Ya en esa época yo estaba agotado de tanto flash, animaciones, botones luminosos, gráfica y esas cosas. Hice algunos ensayos que apliqué a los primeros diseños de mis blogs.
Luego me dediqué a investigar sobre la nueva tendencia del diseño sobre cajas css y comencé a aplicar lo aprendido en nuestras últimas páginas. Cuando terminamos el rediseño de Buenos Aires House, yo estaba muy preocupado por que ese sitio no podía salir de la posición 240 de google (invisible, bah). Y desde una máquina sin absolutamente ninguna herramienta, con el notepad y una conexión pedorra de internet, armé un contenedor bajo css y lo llené con una novela corta: “El fin del Pleistosceno“, luego le hice un link desde la barra lateral de mi blog, para ver cuánto tardaba Google en indexarla y cuánto Page Rank le daba.
No me había dado mucha cuenta en ese momento pero ese contenedor, ese diseño, creo que es lo mejor que hice. Si, si, ya sé, lo verán y se quedarán mirándome si estoy loco, pero se que algunos pocos me entenderán.
Luego Luz Pearson, mi socia en TomateWebs, decide armarse un sitio junto con Marcela Juez para ofrecer servicios de redacción, registran el dominio y lo apuntan a nuestro hosting. Para que no muestre la horrible pantalla con las carpetas y archivos y hasta que tengamos un diseño listo. Rápidamente tomé los textos que me dieron y les apliqué el contenedor que había hecho para “El fin del pleistosceno”.
Y me encantó. Cada vez que lo miraba, me gustaba más. Solo ese, en gris. No me animaba a decir que me gustaba como definitivo, pero justo había encontrado lo que buscaba: un diseño de solo-texto para el producto justo: oferta de contenidos de texto. El círculo se cerró.
Ante la incomprensión de algunos neófitos en las cuestiones del nirvana del html/css, ayer le agregué los cuadraditos de colores que cambian sus colores. Es accesorio, pero le da el toque que faltaba para que le guste a todo el mundo. =P
Pd: Por cierto, Buenos Aires House, está entre los primeros puestos en google para las palabras más competitivas, rodeado de decenas de páginas que pagan para aparecer en los resultados patrocinados para esas palabras. Sin aplicar un trabajo exhaustivo de linkeo – que también hacemos -. Solamente con el modo de poner las palabras y la forma de codificarlas, Google hizo subir – nuevamente – esa página a la cúspide.
Y ojo porque se acuerda de tu color favorito. La próxima vez que entres, lo recordará.
Muy buenos los botones que te permiten elegir el “diseño” sin necesidad de hacer clicks.
Para mí, que la vi en tres colores: blanco, negro y gris, el cambio me produjo la siguiente reacción:
Ahhhhh!!
Qué lindoooo!! (poner cara, voz y tonada de Carlitos Balá).