Disculpame, es genético.

Espero que los científicos no hayan ocultado algunas otras conductas colaterales en los ratones con el gen implantado… Lean esto:

La poligamia, en la naturaleza humana

Una nueva excusa para los infieles: tener relaciones con diferentes personas está en la naturaleza de la mayoría de los mamíferos que habitan el planeta Tierra y no se puede evitar. Sin embargo, los científicos ya están experimentando con genes del cinco por ciento monógamo, y el principio del fin de la infidelidad podría estar cerca.

Que la infidelidad sea tan antigua como la civilización puede tener su origen en algo tan simple como la naturaleza humana. Sí, la comunidad científica asegura que la mayoría de los mamíferos terrestres es infiel y mantienen relaciones polígamas con distintos ejemplares de su misma especie. Mujeres y hombres incluidos.

Si bien los leones, cebras o rinocerontes no son juzgados por dicho comportamiento, la sociedad creada por el hombre sufrió y lucha contra ello. En ese camino, científicos de la Universidad de Emory, en Georgia, Estados Unidos, descubrieron que, a través de la manipulación de un gen, es posible revertir la infidelidad.

Lo probaron con ratones, claro, pero el camino hacia la fidelidad eterna ya está dando los primeros pasos. Por ahora, los expertos lograron revertir la promiscua conducta de los Microtus pennsylvanicus –o ratones del pantano- introduciéndoles, a través de un virus, un gen en el cerebro.

Con los días, el lodoso roedor se convirtió en un amoroso, fiel y protector mamífero que se comportaba como los Microtus ochrogaster, o los monógamos ratones de la pradera.

En las pruebas de laboratorio, cuyos resultados fueron publicados por la revista especializada Nature, los científicos a cargo del proyecto determinaron que el camino iniciado podría llevar a un mayor entendimiento de cómo los seres humanos controlan su conducta innata cuando viven en sociedad.

Esta misma actividad hormonal también podría jugar un papel en desórdenes como el autismo, en el que quienes lo sufren carecen de las más simples habilidades para relacionarse.

En estudios previos se había descubierto que una hormona llamada vasopresina – también conocida como hormona antidiurética – ayudaba a fortalecer los lazos monogámicos entre los ratoncillos de pradera y que sus primos del pantano tenían menos receptores de vasopresina.

“Lo que creemos que ocurre es que, cuando los ratones copulan, la vasopresina activa un centro de gratificación neuronal, lo que hace que los animales presten atención a con quién están copulando”, aseguró Larry Young, uno de los autores de artículo donde se fundamente el trabajo científico, a la cadena BBC.

“De hecho – añadió -, hace que los ratones piensen: cuando estoy con esta compañera me siento bien. Y de ahí en adelante desean pasar más tiempo con esa compañera en particular”.

Algunos laboratorios ya se están relamiendo ante la posibilidad de que la investigación concluya en la creación de alguna píldora que provoque fidelidad en la raza humana, hasta que la muerte los separe. Lo que no pueden determinar, por ahora, es el perfil del cliente.

Origen: “Tres Arroyos on line”:http://www.tresarroyosonline.com.ar/noticias/nota.php?notaid=8009

5 respuestas a «Disculpame, es genético.»

  1. La cinta, Gonzalito… Hace que los ratones piensen?????? Entonces en algunos especímenes que conozco, YA funcionaría!!
    (jejejeje)

  2. Estoy de acuerdo!!!! creo en la poligamia!! mirá… si dicen que un padre quiere a todos sus hijos por igual, porqué no puede querer a dos o tres esposas más por igual? (lo misma va para las mujeres)

    Y bueno, de última… seguiremos viviendo en el adulterio! jeje

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